Al igual que las uñas, la boca con color es un accesorio más para jugar, como unos buenos aros, una cartera o un cinto. No solamente hay una tonalidad, una saturación y una textura que va con la colorimetría y la personalidad de la clienta, sino también un momento y un tipo de uso que hay que identificar: no es lo mismo el ritual de preparación antes de una fiesta que pintarse en el semáforo a la mañana, mientras se lleva los chicos al colegio. 
El labial forma parte de un ritual de seducción, un arma secreta por la cual la mujer lleva al frente una versión más poderosa y más segura de sí misma.
 

Al contrario de los labios ultradefinidos sigue la tendencia blurred lips, en la cual los bordes están esfumados, poco delimitados y dan la apariencia de una boca más natural y romántica. Para realizar esta técnica se pueden utilizar los dedos para esfumar los bordes y también corrector, para que los “rompa” un poco.
Vuelven las texturas hiperbrillantes que dan el gloss o brillo labial. Se pueden usar solos, ya que vienen con color, o encima de un labial para dar un efecto de volumen más impactante.
También las texturas perladas o con destellos se harán ver en labiales tradicionales o de larga duración.

Los nuevos nude serán tonos tierra más amarronados, incluso regresa el famoso chocolate oscuro para los labios.

El fucsia vuelve con todo en la ropa, pero también se hace presente en los labios. Es un color tradicionalmente relacionado con las rubias, pero en sus tonalidades más intensas reemplaza al rojo, incluso para las morenas.

Los tonos fríos, violáceos, también siguen presentes en nuestro invierno, desde los bien claros nudes, con subtono frío, hasta intensos violetas con mucha personalidad.

Los rojos, que son un clásico también, se vuelven invernales en versiones más bordó, con un toque retro.