Es muy importante cuidar la piel desde joven, pero nunca es tarde para comenzar. Algunas pautas básicas:

1. El mejor consejo de cuidado para nuestras clientas es la limpieza facial por la mañana y por la noche.

2. Exfoliación: 1 o 2 veces por semana.

3. Máscaras: 1 o 2 veces por semana.

4. Tratamientos especificos en rostro y ojos: por la mañana y de noche

La limpieza facial a la mañana y a la noche es un hábito que se debe incorporar para mantener la salud y el buen estado de la piel. Esto ayudará a evitar los famosos radicales libres, que son los mayores responsables del envejecimiento cutáneo. Se trata de moléculas generadas por nuestro cuerpo, resultantes de reacciones bioquímicas que ocurren naturalmente en nuestro organismo.

La acción constante de factores externos y de hábitos poco saludables (sol, contaminación, estrés, cigarrillos, alcohol) agreden la piel y aumentan la producción de radicales libres, haciendo que nuestro organismo no consiga neutralizarlos.

Cuando agreden la piel, los radicales libres comienzan a destruir estructuras celulares y fibras, provocando el envejecimieno precoz: arrugas, flacidez, perdida de vitalidad.

Por su parte, los antioxidantes protegen y fortalecen el cuerpo humano, mientras retrasan el envejecimiento y previenen la oxidación celular, al neutralizar los radicales libres. Por eso, es fundamental el uso de productos que contengan antioxidantes.

Limpieza

Para la limpieza facial hay varias opciones. Una de ellas son las leches limpiadoras, antes de la limpieza facial.

◼ ¡Lavar primero bien las manos! Se coloca la leche directamente sobre el rostro. Con suavidad, extender hasta que cubra la cara y el cuello por completo, insistiendo en las zonas más difíciles de alcanzar.

◼ Con las yemas de los dedos (nunca las uñas) realizar un masaje facial durante unos segundos para eliminar la suciedad.

◼ A continuación, se retira el producto. Para ello, utilizar un disco de algodón húmedo y limpio. Realizar el movimiento siempre de adentro hacia afuera y de abajo hacia arriba, pues de esta forma estaremos haciendo también ejercicios de gimnasia facial. Otra opción es retirar la crema o leche con agua o una esponja húmeda, lo que favorecerá la hidratación de la piel.

◼ Luego de retirar la leche de limpieza, se debe colocar el tónico facial. El tónico termina con la limpieza y retira los restos de leche que pudieron quedar. La mejor forma de aplicarlo es usando un disco de algodón. Humedecer el algodón con unas gotas de tónico y pasarlo suavemente por el rostro con pequeños toques. Contribuye a refrescar, hidratar, cerrar los poros, equilibrar la piel, y prepararla para recibir el tratamiento posterior. Normaliza la piel que ha sido sometida a una limpieza, restableciendo el pH, independientemente si se usó para ello leche, espuma, gel o crema limpiadora.

Para las clientas que son reacias a usar una leche más un tónico, una excelente opción para la limpieza son las lociones micelares, que representan la alternativa ideal al dúo de leche desmaquillante y tónico. Desmaquillan e eliminan impurezas. Se utilizan en rostro y ojos, y suavizan y tonifican la piel.

Las micelas son moléculas que actúan como imanes; atraen la suciedad del rostro, aislándola y transportándola a través del agua para eliminarla de la piel. Las soluciones bifásicas eliminan el maquillaje resistente al agua en ojos y labios. Estas se requiere agitar antes el producto para que se mezclen las dos fases.

Modo de uso: se humedece el algodón y se sostiene unos segundos para que las micelas actúen como imán retirando el maquillaje. No es necesario frotar. Se utilizan con o sin enjuague.

Exfoliación

Para cuidar la piel es sumamente recomendable la exfoliación, ideal para eliminar en una sola acción todas las células muertas y las impurezas.

La exfoliación ejerce una acción de estimulación de la microcirculación sanguínea, mejorando el aporte de nutrientes a toda la zona tratada. Los poros de la piel quedan libres de impurezas, por lo que facilita también la acción de los tratamientos y productos cosméticos que se usa habitualmente. La piel gana luminosidad y tersura de manera inmediata.

Pasos para exfoliar el rostro correctamente:

1. Limpiar bien el rostro.

2. Con la piel húmeda extender en la nariz, las mejillas, el cuello, la frente y la barbilla, evitando el contorno de los ojos.

3. Realizar suaves movimientos circulares.

4. Enjuagar con agua fría o tibia.

5. Utilizar luego el tratamiento habitual.

Frecuencia de exfoliación:

• Pieles normales, mixtas y grasas, una o dos veces por semana.

• Pieles secas, una vez a la semana.

• Pieles muy sensibles y con rosácea no deben exfoliarse.

Máscaras faciales

Otro paso sumamente recomendable es el uso de máscaras faciales. Las mismas son el complemento ideal de cualquier tratamiento. Aportan beneficios desde la primera aplicación; en solo unos minutos permiten purificar, hidratar, calmar y controlar la oleosidad. Aportan nutrición, limpian en profundidad, exfolian, eliminan células muertas e iluminan la piel. Hay en crema y en sistema peel off, que se transforma en una película fina y transparente a medida que se va secando, lo que permite que se pueda retirar de una sola vez.

Se aplican con la piel limpia y seca. Se dejan actuar 15 o 20 minutos y se retiran con una esponja o con agua tibia. Luego se aplica un serum o una crema. Se pueden aplicar en todo tipo de pieles.

Último paso

El último paso es aplicar tratamientos específicos en rostro y ojos por la mañana y de noche. Nos referimos a productos hidratantes o antiarrugas, en función del tipo y estado de la piel, y otro producto para el contorno de los ojos. Con estos cuidados básicos la piel estará cuidada y protegida.

Recordatorio final: ¡todo el día y todo el año hay que usar protector solar!